Aprende a leer de forma divertida y sencilla
Uno de los más grandes aprendizajes que enfrenta un niño es aprender a leer, es natural que muestre temor e inquietud al ser objeto de un proceso de enseñanza y aprendizaje totalmente desconocido para él.
Aprender a leer es clave durante los primeros años del niño en la escuela, por ello que su progreso en esta tarea se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los padres y representantes de estudiantes en la primera etapa de su vida cuando ingresan al sistema educativo.
De tal manera que la escuela se convierte en gran medida en el referente esencial cuando se trata de enseñar a leer a los niños. Sin embargo son cada vez más los padres que muestran su inquietud acerca de cómo ayudar a sus hijos en este proceso, siendo conscientes de la importancia del aporte que puede dar al niño para que desarrolle adecuadamente su habilidad en el conocimiento de las letras.
Estudios realizados demuestran que el tiempo que dedican los padres para enseñar a leer a sus hijos es tan significativo como el que reciben en la escuela.
Entendiendo que el proceso de enseñanza debe ser continúo en los primeros años, para formar las bases de futuros aprendizajes. Enseñar a leer a un niño es una responsabilidad compartida entre padres y docentes donde se debe tratar de facilitar y acelerar este aprendizaje, complementando e incluso anticipando su trabajo en el aula.
Cuando de aprender a leer se trata existen una gran variedad de libros, folletos, revistas y cartillas disponibles para ello, y es que entre tanto flujo de información se debe consultar con un experto que pueda orientarte para elegir una cartilla de lectura adecuada que se ajuste a las transformaciones metodológicas que la educación ha venido experimentando.
Los métodos tradicionales se han venido transformando para diseñar instrumentos de lectura dónde el niño aprenda jugando de manera divertida.
Mejores cartillas para aprender a leer
El diseño y estructura de esta cartilla de lectura debe primeramente motivar el interés del niño que va en busca de nuevas experiencias, y que se inicia en el conocimiento de letras vocales y consonantes más comunes.
En segundo lugar facilitar el proceso de aprendizaje de la lectura a través del juego y no de forma obligatoria, ya que leer es un placer y como tal debe enseñarse. Y por último está cartilla debe fortalecer las habilidades lingüísticas, partiendo del conocimiento previo del alfabeto.
Al momento de elegir la mejor cartilla de lectura, la Colección Aprender a Leer es una de las propuestas metodológicas con estrategias innovadoras adaptada a los nuevos tiempos, de gran utilidad para niños de 3 a 5 años y se convierte en una experiencia muy divertida para quienes empiezan a dar sus primeros pasos como lectores.
El aprendizaje debe ser un proceso continuo que avanza según se observan los resultados, sin olvidar que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje, minimizando el tiempo de las sesiones de trabajo diario para no cansar al niño, ya que no importa el tiempo que le dediques sino la calidad del aprendizaje.
En definitiva hay muchas alternativas a la hora de elegir la mejor cartilla para que tu niño aprenda a leer, asegúrate que la que escojas realmente cumpla con el objetivo de promover un aprendizaje efectivo, que dinamice la comprensión lectora, que sea práctica y atractiva para el niño, y que a su vez se convierta en estrategia didáctica para padres y docentes, este último se convierte en mediador del proceso de aprendizaje.
Los niños como seres activos, necesitan de la mediación del adulto para favorecer sus intercambios orales en un clima de confianza, respeto, que sea receptivo de sus propias experiencias y que propicie situaciones que favorezcan el conocimiento de las letras y su asociación para formar sonidos. Contar con el material de apoyo adecuado puede ser la mejor herramienta para lograr el objetivo deseado.
Por ello la escuela debe ser guía de todos esos procesos de aprendizaje potenciando la curiosidad, la imaginación y la investigación, respetando los aprendizajes formales o informales que los niños realizan y sin dejar de lado los nuevos planes de alfabetizaciones.
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